Albita Rivera no quiere regresar al salón

Albita Rivera es un ejemplo claro de lo que es un burócrata lambón del Departamento de Educación que se mantiene en el sistema pero no quiere dar clases.

Soy maestro y en el tiempo que llevo en esto he visto lo duro y difícil que és. Con cada administración que pasa se cambia la forma de hacer las cosas. Con cada secretario de educación viene la incertidumbre y el desánimo pero lo peor de todo es cuando vienen enmiendas a la ley que complican la tarea de enseñar.

Ser maestro
Para que tenga una idea, actualmente un maestros tiene que escribir apróximadamente 900 páginas de planes de clases. Cada lan toma unos 10-15 minutos en hacérse y como mínimo hay que hacer 5 planes diarios. A los maestros solo se nos da una hora para hacer planes y es obvio que en ese tiempo no se puede así que por obligación tenemos que llevarnos trabajo a casa. Además de los planes tenemos que corregir libretas, preparar exámenes, hacer citas con padres, hacer reportes, etc. En promedio un maestro escribe durante el año escolar más de 1,800 páginas a pulso porque las leyes que se hicieron en El Capitolio creen que entre más se planifique mejor maestro se és. El problemas con la planificación excesiva es que le quita tiempo al maestro para desarrollas actividades educativas alternativas y entretenidas para los estudiantes pero eso es harina de otro costal.

Mucho trabajo poca enseñanza
Es fácil ponerse a mandar y decir que hacer desde un escritorio. Muchas de las cosas que se nos han impuesto vienen dictadas desde el Departamento de Educación y en realidad no ayudan en nada a los estudiantes. Antes bien la constante adición de tareas infurctuosas ha complicado más la tarea de enseñar. Muchos maestros han dejado la profesión porque ven que pasan más tiempo escribiendo (en sus casas) que enseñando. Además hoy día se está preparando a los estudiantes a tomar exámenes y no a aprender. Lo que ocurre hoy día en los salones es que hay mucho trabajo pero poca enseñanza. Hace un tiempo vengo considerando la posibilidad de dejar esta profesión porque no es lo que yo esperaba. Yo quería enseñar pero paso más tiempo haciendo tareas administrativas y tengo que coger tanto tiempo de mi hogar que verdaderamente es decepcionante. El peor enemigo de la educación en Puerto Rico es el gobierno a través de su Departamento de Educación. Y por lo que se paga aquí a veces no vale la pena. Yo cobraba más cuando era conserje en una fábrica que lo que gano como maestro ahora y estaba más tranquilo.


Albita "la maestra"

En la biogafía arreglada de Albita Rivera se dice que ella trabajó como maestra por cinco años... ¿Porqué abandonó tan pronto la profesión? Albita Rivera es el prototipo del maestro que desea abandonar la sala de clases pero quiere mantenerse en el gobierno haciendo lo fácil porque es una realidad que entre más tu subes en el gobierno menos tienes que hacer y más cobras. He visto como algunos maestros se aferran a partidos políticos con la idea de que cuando gane su partido les den un puesto en algún distrito o en el edicicio central en Hato Rey. Albita tuvo la suerte que le impulsaron y llegó al Capitolio donde a cada rato se cantaba como "maestra" pero no cogía una tiza ni aunque le pagaran. Allí en el Capitolio se dedicó a impulsar y apoyar muchas de las leyes que impusieron cargas innecesarias sobre los maestros. Desde el Capitolio esta "maestra" se opuso a las luchas por derechos que reclamamos los maestros. Se le olvidó que habemos muchos maestros que leemos y vemos las cosas que se hacen allí adentro y leímos algunos de sus proyectos de leyes.

¿Regresará al salón?
Ahora Albita perdió y tiene que regresar al salón y le toca someterse al sistema que ella misma creó, a los insólitos requerimientos que ella misma instituyó, a las condiciones onerosas que ella misma propició. Ahora va a tener que trabajar en una escuela y llevarse un maletión lleno de exámenes para la casa y ponerse a corregir mientras cocina y hace otras cosas de la casa y acostarse tensa. Ahora tendra que someterse a las visitas caprichosas de directores esolares que si no son de su ideología política le harán la vida imposible. Ahora tendrá que escribir 1,900 páginas (a veces más) a bolígrafo y entregarlas a tiempo y SIN SECRETARIA. Ahora tendrá que poner de su propio dinero para suplir materiales que falten en el salón porque cuando le pida  los padres muchos no tendrán dinero, muchos están sufriendo los estragos de las medidas económicas que su partido, el PNP, impuso en la isla etre ellas la nifasta ley 7.


Albita Rivera ahora no quiere regresar al salón y pelea con uñas y dientes un escaño electoral porque quiere quedarse en El Capitolio y prefiere acogerse al retiro cogiendo un cheque de seguro social que regresar al infierno burocrático que ella misma creó.

Pie forzao
En negación Albita Rivera con los resultados de las elecciones- Primerahora.com

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