Hace varios día mi hija estaba en la sala y tomó mi cartera. Entoces me preguntó, "porqué tu tienes esa foto ahí". Es una foto de mis hijos cuando estaban todavía pequeños. Ella aparece sin los dientes del frente. Le dije que por alguna razón esa era mi foto favorita. Le dije que por más que crescan siempre los veré como mis niños pequeños. Ya no los puedo cargar ni jugar como antes (me saldría una hernia) pero igual los quiero.
Ya no les usta que los lleve hasta el portón de la escuela. Recuerdo el día que los dejé en el Head Start por primera vez. No me querían soltar pero cuando vieron a los otros niños se quedaron tranquilos y se fueron a jugar. Iba con mi esposa y ella lloraba en el carro de camino a la Universidad. Yo soy un poco más fuerte pero las lágrimas se me salieron.
Verlos crecer ha sido una delicia y recuerdo que un día les dije que ellos eran para mi mis gemas. Y cuando los veo, no veo a los muchachos, por alguna razón todavía veo a los niños sin dientes en la foto. Mi hija no quiere que le enseñe esa foto a nadie. Todavía los veo pequeños.
Es así, Prometeo. Fuimos los bebés de nuestros padres, siguen siendo nuestros bebés nuestros hijos y lo mismo serán para ellos nuestros nietos. Recuerdo que le decía a mi hijo menor: "Siempre serás mi bebé aunque tengas barba y bigote". No me equivoqué. Lo sigue siendo aunque me haya hecho ya abuela de dos.
ResponderEliminarSiluz:
ResponderEliminarGracias por el comentario. A las madres eso de ver a los hijos pequeños les toca más de cerca. Felicidades en el segundo aniversario de tu blog. Adelante y éxito.
Me enternece cuando leo tus experiencias como padre. Tus hijos no saben la suerte que tienen, o quizá sí lo saben.
ResponderEliminarIvonne:
ResponderEliminarEspero que lo aprecien cuando sean mayores y lo hagan con los hijos de ellos, mis futuros nietos.
Adelante y éxito