Parte II: El verdadero vencedor

Rom. 12:21 "No seas vencido de lo malo"

A veces pensamos que sólo ganamos cuando obtenemos lo que queremos o reclamamos, pero nada más lejos de la verdad. Una vez Prome me enseñó que a veces para ganar hay que perder. Y desde entonces me he dado cuenta de la verdad y sabiduría de sus palabras, porque esa verdad es la que ha salvado nuestro matrimonio por tantos años. Cuando él cedía en medio de una discusión, parecía que había perdido, pero sólo para ganar un bien mayor, la estabilidad de nuestro matrimonio.

El verdadero vencedor no es el que derrota su enemigo, ni el que ve que humilla a su adversario, no es el que gana un caso en corte ni el que consigue que su jefe exalte su trabajo. El verdadero vencedor no es el que gana un grado académico, ni obtiene un empleo con buen sueldo, ni el que alcanza fama y reconocimiento. El verdadero vencedor es el que logra dominar sus impulsos, el que tiene control de sus emociones, el que tiene dominio propio. Porque los anteriores cuando lo pierden todo, dejan de tener éxito y se convierten en derrotados. Pero el que tiene control de sí mismo no importanto las circunstancias es vencedor aunque esté en medio de una tormenta.

El apóstol Pablo dijo: "Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para tener necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece." Filipenses 4:12-13

por hesione