En dos ocasiones me ha ocurrido que mis hijos no llegan con las mejores calificaciones; talvez no las peores pero tampoco las mejores. Cuando uno es una madre responsable que ha dado lo mejor de sí para que sus hijos sean exitosos esto le toma por sorpresa o con desencanto. Se siente como un apretón en el pecho y una sensación de frustración que deja un pesar muy grande. El primer instinto es de ir a reclamarle al maestro, de pedirle una oportunidad, de interceder para que reconsidere la calificación. Pero luego de un rato de meditación y de esperar que las emociones fuertes pasen uno se da cuenta que no es lo mejor. La clave está en la receta que aprendimos de nuestros padres: no es al maestro al que hay que reclamarle sino al muchachit@ que no puso de su parte.
No me refiero a aquellos chic@os que dan el máximo y a pesar de ello no consiguen una A quizás por dificultades de salud, neurológicas o psicológicas. Me refiero al niñ@ o joven que tiene todas las posibilidades y oportunidades para triunfar, pues tiene la salud física y emocional, tiene las herramientas y a pesar de todo no da el máximo.
Como madre y profesora he aprendido que no me puedo dejar llevar por todo lo que siento. Como madre quizás hubiera querido vociferar en la escuela y reclamar como muchos padres vienen donde mí cuando creen que una nota es injusta. Pero como profesional y por la experiencia sé que hay que adjudicar responsabilidad al que verdaderamente la tiene. A veces hay que dejar que los hijos paguen las consecuencias de sus decisiones para que relacionen conducta con consecuencia y así maduren y crezcan como seres humanos.
por hesione
Interesante. Imagino que se puede llevar esto a la esfera nacional. Ese niño/país sacó malas notas. Sin embargo no parece dispuesto a afrontar consecuencias. salud y suerte
ResponderEliminarMuy cierto, si sacaron malas notas tienen que assumir responsabilidad y aceptar las consecuencias. El fin de semana pasado tuve una conversacion con mi sobrinita de 16 años en Mayaguez, que por primera vez bajo las notas. Ella sabe que si no las sube, no va a poder solicitar para entrar al colegio que ella quiere.
ResponderEliminarUna cosa es reclamarle a un hijo por sacar B- o C, y otra cosa es amenazarl@ con cambiarl@ de escuela si no saca A, como mami me hizo a mí en el 3er trimestre de 8vo. En vez de hablar conmigo a ver si es que me pasaba algo, lo que me dijo fue: "te voy a tener que sacar porque no puedo con el empuje". Heh, después algunos preguntarían por qué no quiero tener madre.
ResponderEliminarEsta entrada la escribió mi esposa pero lo que me cunetas es muy cierto y como maestro también lo he visto. Este año tueve que convencer a una madre de que no se llevara a su hijo porque eso no resolvería nada.
ResponderEliminarGracias por la visita. Adelante y éxito.
He pasado por la experiencia de tener padres que vienen a reclamarme por las notas que sacan sus hijos. Y ami esposa también, por eso escribió esta entrada. Cuando nos sucedió eso con nuestros hijos tuvimos que ponernos fuertes y ponerlos a trabajar más para que mejorarán sus notas. Eso significó menos juegos electrónicos en algunos casos y en otros menos tiempo al teléfono.
ResponderEliminarGracias por la visita. Adelante y éxito.
He pasado por la experiencia de tener padres que vienen a reclamarme por las notas que sacan sus hijos. Y ami esposa también, por eso escribió esta entrada. Cuando nos sucedió eso con nuestros hijos tuvimos que ponernos fuertes y ponerlos a trabajar más para que mejorarán sus notas. Eso significó menos juegos electrónicos en algunos casos y en otros menos tiempo al teléfono.
ResponderEliminarGracias por la visita. Adelante y éxito.
Es que a veces los padres recurren a la amenaza cuando sienten que no tienen otras estrategias y que están perdiendo el control. Eso solo es síntoma de una madre extremadamente preocupada que sentía que se estaba quedando sin herramientas para trabajar la situación. Los padres cometen muchos errores pero dentro de todo nos aman.
ResponderEliminarEs que algunos padres creen que la enfermedad está en la sábana y no en quien se arropa.
ResponderEliminarA veces queremos quitarle las consecuencias a los muchachos porque no consecuencias que no tienen vuelta atrás, pero eso precisamente es lo que tienen que aprender que hay decisiones que quizás uno puede cambiar pero hay otras que sencillamente no hay vuelta atrás y aunque recapacites tienes que enfrentar la situación.
ResponderEliminarA veces a los padres se les olvida que uno también es padre y que pide de los estudiantes lo que pediría de un hijo. Porque a mí me preocupan mis estudiantes tanto como mis hijos porque no quiero luego verlos por la calle o presos y decir que llegaron a eso porque no hice suficiente o porque no los corregí. Sin embargo, a veces parece que los padres pensaran que uno les quiere hacer daño.
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