Páginas

6.10.2010

El alma de un padre - parte I

Cuando uno es joven uno tiende a imaginar cómo va a ser cuando sea madre o padre. Uno se imagina cuántos hijos va a tener, de qué motivo va a decorar su cuarto, que actividades harán juntos y muchas otras cosas. Pero uno no imagina que los tendrá que regañar, que tendrá que castigarlos y que muchas veces se enojarán porque no les gustará la disciplina.

Esa es la parte difícil de ser padre. Recuerdo que la primera vez que tuve que regañar fuertecito a mi primer hijo fue a los tres años. Fue un dolor horrible, tuve que meterme al cuarto y llorar. Uno se va acostumbrando con el tiempo, pero hay veces que ese instinto maternal sale a flote y empieza a pensar porqué las cosas no son como uno quisiera. Uno dice que no va a cometer los errores que cometieron con uno. Yo voy a ser mejor madre de lo que fueron conmigo. Sin embargo, la realidad es que buscando no cometer los mismos errores, se cometen otros errores y a veces hasta peores.

Qué sensación horrible se tiene a veces de no estar haciendo las cosas bien, ese temor de que nuestros hijos se pierdan porque somos demasiado permisibles o demasiado estrictos. Lo ideal es mantener el justo medio como decía Aristóteles. Pero el problemas es que no siempre conocemos cuál es el justo medio. Los hijos a veces tienen la sensación de que los padres lo saben todo. La realidad es que a veces no sé si es momento de ser permisivo o de ser recto.

por hesione

mañana continúa: EL ALMA DE UN PADRE - parte II


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comenta con libertad y recuerda que yo no tengo la razón y estoy dispuesto a aprender si me corrigen. Por favor no insulten.