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1.05.2011

Los gorditos tienen mejor olfato

Hace varias semanas atrás pasé por uno de los peores catarros en mi vida. La parte más mala fue cuando perdí el olfato por varios días. Para desgracia mía fui invitado a comer a algunos lugares y la comida se veía tremenda. Al no tener olfato la comida no me sabía a nada. Es terrible el estar comiendo una sabrosa comida y que no te sepa a nada. Lo que no se huele no sabe.

Un estudio halló que las personas con un par de libras demás tienen un alto sentido del olfato. Todos olemos pero estos amigos pesados tienen un olfato más agudo y esa razón explica el porqué disfrutan tanto de comer.

El mecanismo del olfato funciona de acuerdo a la necesidad de comer que tengamos. Si llevamos un periodo largo de tiempo sin comer el olfato se agudizará. Al agudizarse detectará las fuentes cercanas de comida más fácilmente. Es un mecanismo de supervivencia que heredamos de cuando vivíamos en la selva. Luego de comer el olfato se tranquiliza y ya no estará tan agudo. En el caso de nuestros amigos más llenos el olfato no pierde su agudeza y sentirán la atracción por el alimento a pesar de ya haber saciado naturalmente su necesidad de comer. El apetito se mantendrá en estado de búsqueda y tardará un poco más en "apagarse".

¿Cual será la solución para controlar la influencia del olfato en nuestro apetito? Ya veré por ahí algún listo vendiendo pinches para tapar la nariz con algún nombre exótico.




Fuente para este artículo:
The Week
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