La primera vez que probé un pollo con espárragos que me dejó las papilas gustativas bailando fue cuando mi hijo lo hizo por primera vez. Han sido varias las veces las que he saboreado la sabrosa comida que prepara mi hijo menor al cual le encanta cocinar. El muchacho tiene talento y ciertamente se hará famoso por su cocina en un futuro.
Recuerdo que una vez tuve un sueño donde estaba trabajando en su restaurante. Cuando desperté pense que eso sería algo lindo pues a mí me gusta eso de servir en las mesas y a veces cojo un padrino de refresco y lo sirvo como hacen los mozos con las botellas de vino en los restaurantes. Sé que algún día tendrá ese restaurante.
Ese muchacho era poco común. Mientras a los hermanos les gustaba mirar programas de niños cuando a él le tocaba ver la televisión ponía programas de cocina. Un día cuando tenía 5 años recuerdo que me senté con él a ver uno de esos programas y le pregunté, "¿qué tu quieres ser cuando seas grande?". Me contestó, "chef". Me reí pues en la familia de mi esposa es ya algo que tienen en los genes que cuando dicen que van a hacer algo lo hacen hasta que lo logran. Mi suegra me contó que mi esposa decía que iba a ser maestra de matemàticas desde kinder y en eso se desempeña hoy día.
El año pasado durante la semana de la puertorriqueñidd a mi hijo le tocó llevar un plato de arroz con gandules. Sè como se dan esas muestras de platos típicos donde muchos padres compran el plato en algún lugar y lo llevan a la escuela. El bravo de mi hijo quizo preparar un caldero completo de arroz con gandules con su " toque especial" (ya tiene hasta trucos personales y todo). Cuando llegó por la tarde a casa ví el caldero vacío y me dijo con una sonrisa que lo acabaron en tiempo record de tanto que le gustó a la gente.
Los otros días, a siete años de haberle hecho la misma pregunta, le pregunté lo mismo, "¿que vas a ser cuando seas grande?". "Chef", fue la respuesta. Creo que le preguntaré en otros cinco para asegurarme.
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