Cuando la huelga terminó recuerdo que habíamos tres grupos. La huelga dividió al magisterio: Un grupo de maestros que estuvo todo el tiempo, yo estoy en ese grupo; Un grupo que apoyó unos cuantos días y luego cruzó las lineas de piquetes; Un grupo de maestros que cruzó lineas de piquete desde el principio.
Los maestros que estuvimos todo el tiempo en las lineas de piquete estamos unidos por un vínculo especial. Nos sentimos como veteranos de una guerra (tal vez exagero) que estuvimos hasta el final a pesar de las amenazas y el fuerte ataque de los medios que sirvieron de instrumentos de propaganda del gobierno. Ese abuso por parte de los medios ocasionaba en nosotros una sensación de coraje que al día de hoy nos une. Pero algunos medios pagaron caro por eso. El periódico El Nuevo Día perdió muchos subscriptores y el periódico Claridad todavía está buscando dinero para recuperarse de la merma que le ocasionó el aliarse al gobierno de Aníbal Acevedo Vilá. Muchos maestros que leíamos ese semanario dejamos de comprarlo al ver como se vendían en sus editoriales y publicaban artículos que condenaban la huelga y glorificaban la imagen del entonces gobernador Aníbal Acevedo Vilá.
Hubo maestros y maestras que estuvieron varios días y luego entraron. Esos maestros vieron como la huelga se extendía y se desanimaron al ver la falta de apoyo de otros sindicatos que dijeron que iban a apoyar. Yo recuerdo como nos quedamos esperando a la UTIER, a los camioneros y otros que expresaron su apoyo y a la hora de la verdad tiraron "cañona". Yo era uno de los que decía que esperáramos que "la UTIER ya mismo se nos une" para animar a los que estábamos en la linea de piquete pero el apoyo nunca llegó. A mi también me dieron ganas de irme pero aguanté. Esos maestros que entraron sufrieron humillaciones al entrar a las escuelas. Tenían que ver al director(a) mirarlos y señalarlos. Tenían que ver a los compañeros que desde el primer día cruzaron lineas de piquete decirles "te lo dije". Tenían que luego mirar las caras de los que aún estábamos afuera y bajar la mirada. Estaban solos, fueron los que llevaron la peor parte.
Pero así como hubo maestros que estuvimos desde el primer día hubo maestros que cruzaron linea desde el primer día. Claro, el entonces gobernador, Aníbal Acevedo Vilá se aseguró de que estuviese la policía para ayudarlos a entrar de lo contrario no hubiesen entrado. Acevedo Vilá hizo lo que no se había hecho nunca, desembolsó dinero extra y pagó a los policías que estaban en vacaciones para que se lanzaran a la calle. Eso llevó a la ruina al gobierno, y todo por hacer ver que la huelga no iba a tener efecto. Recuerdo que yo bromeaba con varios policías en la linea de piquete y les decía ustedes salieron mejor, por fin les están pagando las horas extras. Y varios policías me decían que eso era cierto.
Esos maestros que entraron desde el promer día lo hicieron por varias razones. Unos no apoyaban la huelga. Esos tienen mi admiración pues defendieron lo que creían. Otros entraron por miedo. Esos son unos cobardes y se merecían el calificativo de "ratas" que bastante sonó en las lineas de piquete. Pero había otros y otras maestras que entraron porque no había un apoyo económico para los que estaban en la linea de piquete, no había un fondo de huelga. Estaban dispuestos a luchar pero no había seguridad. Eran maestr@s que habían pagado sus cuotas diligentemente y a la hora de la verdad se encontraron con que no había fondo de huelga. ¿Quien se tira a una guerra sin municiones?
Esos maestros que tuvieron que escoger entre apoyar una causa y asegurar el sustento de sus familias tendrán la admiración de sus hijos e hijas pero perdieron la dignidad. Yo estuve en la calle junto a otros valientes que sabíamos que no había fondo de huelga (algo por lo cual la Federación de Maestros aún no ha respondido). Perdí dinero. Y en el mes de julio me sancionaron enviándome dos cheques en 0.00. Ese dinero no lo he cobrado pero tengo mi dignidad. Si miro hacia atrás podré decir "yo no me dejé amedrentar".
Al final cuando se estipuló que no habrían sanciones muchos de esos maestros que entraron se sintieron mal pero yo no los culpo tuvieron que escoger y en ese momento nadie se equivocó...
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