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6.05.2015

La fábrica de conejos

Iba guiando mi carro por la carretera. Estaba de camino a visitar unos familiares un domingo por la tarde cuando de momento empezó a fallar y a fallar. De repente se me apagó. ¡Maldito carro! -- pensé mientra le daba un golpe al volante. Me bajé. Levanté el bonete y miré a ver que pasaba. No se ni que hacía mirando el motor, yo no se nada de mecánica pero...


Después de un rato de tocar aquí y mirar allá aquel motor de Oldsmobile me di cuenta que tenía que buscar ayuda. Pero en aquel tramo de carretera. La ruta para la casa de mis tías es bastante solitaria. Hay que pasar por milas y millas de parajes solitarios donde no se ve sino sembradíos y una que otra ocasional finca con granero. Es muy solitario. En todo el tiempo que miré el motor no ví un solo carro pasar. Aquello era un paraje bien solitario.


Me miré al rededor y vi un camino de tierra que se adentraba en un largo sembradío de... bueno tampoco sé mucho de agricultura pero eran unas cosas que tenían espigas y eran de color dorado tostado. Era algún tipo de cereal. De seguro me lo he comido en algún plato y no sé la fuente de donde salió.


Continué caminando y caminando por el camino. El sol del medio día era castigador. Ni me molesté en ponerle seguro al carro. NO se lo podrían robar de todos modos.


Caminé unos veinte minutos y nada. Solo se veía...¡TRIGO!. ¡Ahora recordé lo que era, era trigo! Trigo por todas partes. Maldito trigo...


El camino era completamente derecho. Tenía las dos marcas para que pasaran vehículos. De seguro tardaría en encontrar alguna finca o alguna persona. En el camino comencé a escuchar un ruido a la distancia. Era a la izquierda. Miré por encima del trigo y ví que a lo lejos, dentro del sembradío había una estructura. Era semicircular. Se veía el frente. Curiosamente no había ningún camino que condujera hacia allá o tal vez el camino era por otra parte. Tenía que dcidir si seguir caminando en el camino o desviarme a mirar a ver si en aquel....almacén (eso era lo que parecía) había alguien que me pudiera ayudar o al menos tuviera un teléfono. Alguien debería inventar teléfonos portátiles...


Comencé a cortar por entre el trigal hacia el edificio o almacen. El ruido se hacía mas fuerte conforme me acercaba. Cuando miré mejor la estructura parecía un hangar de avión. El ruido que se escuchaba parecía al de un avión. De seguro era de algún fumigador que guardaba ahí su avioneta. Si se escuchaba ruido de seguro habría alguien allí. El ruido definitivamente era el de un gran motor, un motor bien grande.


Miré alrededor y no veía nada. No había caminos que condujeran al hangar / almacén. Tampoco ví de esas pistas de aterrizaje que hacen en los campos para las avionetas de fumigadores. Decidí parar para descansar. Tenía sed. Cerré los ojos y cuando los abrí estaba sentado en la entrada del hangar/almacén. Que raro. No recuerdo haber caminado ni sentarme. Estaba allí y el ruido era ahora de verdad ensordecedor. Era un ruido de un motor bien grande, un gran motor. Al frente había una enorme caja azul que estaba conectada al edificio. De adentro de la caja era que salía aquel ruido infernal. Tenía que ser un motor enorme porque la caja azul medía unos diez metros de ancho por diez de alto y entraba dentro del edificio. Miré y no había carros ni nada. ¿Como llegué allí?


Había una entrada abierta al lado de la gran caja azul al frente del edificio semicircular que parecía un hangar. Entré...


Caundo entré el ruido adentro era peor. El hangar estaba hecho de metal y con el calor del sol y el ruido el eco que se producía era infernal. Me tapé los oidos un momento pero después de un rato me cansé. La caja entraba dentro del edificio uno diez metro más y me quedaba a la izquierda. Cuando llegué al final de la caja al frente de la caja había una abertura cuadrada de donde salía una cinta de transportación como de esas que hay en las fábricas. ¿Que saldría de esa caja? ¿Eso era una fábrica?


La cinta de transportación continuaba recta y mas adelante habían unas personas vestidas de blanco. Tenían la cabeza cubierta y protectores de oídos. Todos tenían gafas negras. Parecían de esos empleados de fábricas que tienen que usar ropa protectora para evitar contagio. Estaban parado a uno y otro lado de la cinta de transportación sin moverse. Caundo me fijé bien el hangar/fábrica se extendía a una gran distancia. La cinta de transportación era larga, muy larga y el ruido muy fuerte. Estaba bien lejos el lugar donde terminaba la cinta que se veía oscuro. Habían luces en el techo a cada cierto intervalo y alumbraban a las personas vestidas de blanco y las hacían brillar. Las que más lejos se veían parecían puntos blancos a la distancia.


El ruido incesante de la máquina dentro de la caja azul ya no me molestaba tanto. Que raro. No veía a ningún supervisor allí. Solo a esas personas a uno y otro lado de la cinta de transportación. De repente comenzó a sonar un ruido como de una alarma. Arriba de la caja azul se encendió un biombo rojo como de ambulancia y el sonido de la alarma continuaba. De momento los hombres vestidos de blanco se pusieron en alerta. y miraban hacia la abertura en la caja azul. De allí al parecer saldría algo. La alarma continuaba sonando, el ruido del motor no paraba, los hombres miraban y yo los miraba a ellos. De repente algo se veía salir de la abertura de la caja azul. Comenzó a correr. Los hombres de blanco comenzaron a gritar molestos y con odio. Aquellos que corría era rápido. No lo pude ver pero los hombres que estaban cerca de la cinta de transportación se acercaron y comenzaron a tratar de atrapar aquellos. Uno de ellos logró atraparlo. De repento par de hombre más vestidos de blanco se acercaron y comenzaron a golpear aquello con ira y odio, mucho odio.


Fui corriendo a donde estaba aquellos hombres golpeando aquellos. Ya lo habían matado. Había sangre encima de la cinta de transportación y algunos de ellos tenían salpicaduras de sangre en sus trajes blancos. Cuando llegué y ví a ver que era lo que habían matado era.....un conejo. Un inocente conejo. Sentí pena y rabia porque no entendía que era lo que pasaba allí. De momento alguien me movió, tenía puesto un traje protector pero era rojo. Comenzó a limpiar la sangre y a recoger el cuerpo del conejo muerto y lo echo en una bolsa roja. Limpio todo aquello, miró a los hombres de blanco con manchas de sangre y les hizo señas para que lo siguieran. Se fueron.


De repente la alarma comenzó a sonar otra vez. De la abertura salieron tres conejos corriendo por la cinta de transportación a toda velocidad. Los hombres de blanco gritaban frenéticos. Se acercaron y trataban de cogerlos. Los conejos eran hábiles, saltaban y rodaban para evitar ser atrapados pero seguían corriendo en la misma dirección encima de la cinta de transportación. Atraparon uno y comenzaron a golpearlo sin misericordia luego más adelante atraparon al otro. El otro continuó corriendo y logró llegar cerca del otro lado del hangar/fábrica pero allí lo atraparon y lo golpearon hasta matarlo. Esos hombres los mataban con odio. Se repitió lo mismo. Aparecieron esta vez tres personas vestidas de rojo y recogieron los cuerpos de los conejos y se los llevaron trayendo consigo a los que tenían las ropas salpicadas con sangre de los conejos.


Me le acerqué a una de las personas con traje blanco y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la izquierda a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la derecha a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la derecha a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la derecha a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la derecha a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté...pero en eso sonó la alarma nuevamente y el hombre me empujó con tal fuerza que caí al suelo. Esta vez lo que salió de allí era más grande. Era un conejo grande. Tenía el tamaño de un oso. Comenzó a correr por la cinta y los hombre trataban de matarlo. Lo golpeaban y lo golpeaban pero al ser tan grande resistía más. No era tan rápido pero corría. Casi llegando al final le lograron dar un golpe y cayó. Ahí comenzaron a golpearlo con más fuerza y lo mataron a golpes. Había sangre por todas partes.


Esta vez salieron cinco hombres con ropa roja y recogieron el conejo y lavaron el lugar y se llevaron a los que tenían la ropa salpicada de sangre. En eso llegaron los otros que habían salido con la ropa salpicada. Ahora tenían ropa limpia y blanca.


Volví a acercarme a uno de los hombres de blanco y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la derecha a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la derecha a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la derecha a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté --"¿Porque matan ustedes a esos conejos?" El señaló a la derecha a donde estaba el otro hombre vestido de blanco y no me dijo palabra. Fui donde el otro hombre y le pregunté lo mismo. Estuve preguntando a cada uno y siempre señalaban al de la derecha. Así seguí preguntando y preguntando. Ya llevaba media hora y la caja azul quedaba más lejos. De vez en cuando sonaba la alarma y pasaba lo mismo.


Seguí preguntando a cada uno hasta que ya estaba llegando al final del hangar/fábrica y allí al final había un hombre con el mismo uniforme de los de blanco pero estaba vestido de negro. Llegué al final y lo que había era otra puerta como la que estaba en la caja azul. Pero esta vez el hombre estaba al lado de ella. La cinta de transportación al parecer seguía más allá de la puerta. Me detuve frente al hombre de negro y le pregunte -- "¿Porque matan ustedes a esos conejos?" No me respondió porque en ese momento sonó la alarma. Esta vez salió un conejo blanco, blanco, blanquísimo que brillaba de tan blanco que era y comenzó a correr desde que salió de la caja azul. Evitó que lo agarraran. Rodó en algunas ocasiones y en otras mordió las manos de algunos hombres de blanco que caían al suelo retorciéndose de dolor. El conejo venía bien rápido, rapidísimo. ¡Ese conejo iba a lograrlo! ¡¡Logró esquivar a todos los hombres de blanco! Ahora venía corriendo hacia la puerta donde el hombre de negro estaba. Cuando llegó a la puerta el hombre de negro la abrió. Al otro lado se veía un campo lleno de flores y bien bonito con gama verde. El conejo pasó corriendo por la puerta y el hombre de negro la cerró. De repente todos en el hangar/fábrica comenzaron a aplaudir y a celebrar. Se abrazaban unos a otros y hasta se besaban. Se quitaban las gafas y en los ojos de algunos se veían lágrimas. Entonces cesó la celebración y retomaron sus lugares.



Volví a preguntarle al hombre de negro -- "¿Porqué matan a ustedes a esos conejos?" Se quitó las gafas me miró y me dijo -- "Porque no sabemos como apagar el motor de la caja azul."

https://www.facebook.com/notes/michael-castro/la-fabrica-de-conejos/10153234638258554

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