Con la propuesta para crear un registro de animales que pague por inscripción en Puerto Rico sale a flote una vieja controversia, las peleas de gallos. La Senadora Melinda Romero dice que las peleas de gallos son "un abuso". Tiene razón la senadora.
Unos defensores del "deporte de los caballeros" salen a decir que las peleas de gallos son algo "cultural" "como los bailes" y no deben ser penalizadas. Respecto a eso todavía no he visto el baile donde una de las partes salga malherida o muerta así que la comparación que hace el secretario de Recreación y Deportes, Henry Newmann, está errada.
El proyecto de ley para penalizar está brutal práctica debe pasar o de lo contrario debemos abrirle la puerta a "deportes" similares. Las peleas de perros, de caballos, de gatos y otras similares deberían ser parte de nuestra "cultura" si usamos el razonamiento de Henry Newmann. ¿Que no son parte de nuestra cultura? Santa Claus tampoco lo era y gracias a los americanos lo nenes lo esperan cada año. Es cuestión de tiempo y repetición, tiempo y repetición, y de que aparezca un valiente que se atreva a reclamar igualdad de derechos ante el Tribunal y pedir que se le permita hacer un "Coliseo Perruno" para promover peleas.
Si la "industria" de lo gallos genera 100,000 empleos como dice Newmann y 30 millones en ingresos entonces traigamos la "industria" de las peleas de perros. Es más vamos a hacer plazas de toros. Eso sí generaría empleos y turismo, en especial el de los españoles que vendrían a la isla a ver como se matan toros por diversión. Tendríamos más empleos al tener que contratar personal médico para atender a los acorneados. Mejor aún hagamos la versión boricua de la Corrida de San Fermín y soltemos toros deportivos para que persigan a la gente por el Viejo San Juan (aunque si soltamos a los legisladores del Capitolio a hacer lo mismo sería más divertido).
Entre la construcción de Plazas de Toros "Coliseos Perrunos" y otros lugares para presenciar estos "deportes la economía echaría pa' lante. Además eso ayudaría a humanizar a nuestros niños que ya presencian peleas de gallos a muerte y lo ven como algo "normal". Expongámoslos a otro tipo de "deporte".
Gente como Henry Newmann no les importa un bledo Puerto Rico. Dejémos de escucharlo y por primera vez hagamos caso de una legislación que hace sentido, detengamos las peleas sangrientas de gallos.
¿Donde está Karla Kapalli? Necesitamos una protesta simbólica.
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