Parte V: Cinco razones para no temer

El gran líder de los judíos, Moisés, también fue afectado por el miedo. Dios le llamó a través de la bien conocida zarza que no se consumía mientras ardía en fuego. Este llamado tenía el propósito de que Moisés fuera el portavoz de Dios ante el pueblo y ante el faraón egipcio. Pero el miedo de Moisés a no saber hablar afectó el propósito de Dios. Este miedo causado por una incapacidad física tuvo como consecuencia que el pueblo también conociera a Aarón, su hermano, como líder y más adelante en el desierto siguiera su consejo de levantar ídolo.

Pero tantos milagros que Moisés vió le enseñaron a no dejarse dominar más por los temores. Y entonces exhorta al pueblo: "No temáis, estad firmes, y ved la salvación que Jehová hará hoy en vosotros." De alguna manera Dios abrirá un camino para que puedas cruzar al otro lado.

Dios te dice en Prov. 29:25 "El temor del hombre pondrá lazo, más el que confia en Jehová será exaltado." El temor te pone lazo porque te amarra y te impide alcanzar tus objetivos, pero si los enfrentas darás pasos de los que te sentirás orgulloso.

Observa las 5 poderosas razones por las que no debes temer: "No temas porque yo estoy contigo, no desmayes porque yo soy tu Dios que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia." Is. 41:10

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Parte IV: Del temor, al amor y la fe

Comenzamos en la primera parte hablando de tres herramientas que Dios nos ha dado contra el temor: el poder, el amor y el dominio propio. Entre éstas queremos enfatizar en la segunda, el amor. ira. Juan 4:18 expresa "En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor." Esto lo vemos cuando un padre arriesga su vida por la de sus hijos.

Por otro lado, no podemos dejar la fe. Cuando dejamos que el temor nos paralice le decimos a Dios no te creo. La mayoría de los temores que tenemos son derivados de una pérdida de confianza en nosotros mismos y peor aún en Dios. Cuando nosotros no podemos su "poder se perfecciona en nuestra debilidad".

Jesús nos quiso enseñar la importancia de creer y confiar en medio de la dificultad. En Juan 14:1 dijo: "No se turbe vuestro corazón, creéis en Dios, creed también en mí." En Marcos 5:36 le dice al principal de la sinagoga al que se le murió su hija "No temas, cree solamente." Y en Mateo 8:24-26 mientras los discípulos se encontraban en la barca en medio de una fuerte tempestad, el Señor solo dormía en la barca. Cuando ellos le despiertan desesperados, nuestro Señor les llama hombres de poca fe. Tal vez pensamos qué injusto fue, pero debemos preguntarnos qué esperaba Él que hicieran. Esperaba que descansaran junto a Él, que pensaran que si Él estaba tranquilo ellos también podían reposar a su lado. Eso es fe.

Mañana la última parte de este estudio sobre el temor:
Parte V: Cinco razones para no temer
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Parte III: Un ejército y yo

Cuando sentimos temor nos echamos hacia atrás, retrasamos nuestras metas. Por ejemplo, un estudiante que tiene que realizar un proyecto escolar que le parece difícil, en vez de comenzarlo con tiempo lo deja para los últimos días porque tiene miedo de no lograrlo. Si una situación produce miedo ya sea en la escuela, en el trabajo tratamos de evitarlo impidiendo que logremos lo que nos proponemos y que nos superemos profesional y académicamente.

El Salmo 27:3 nos muestra una imagen increíble de la batalla que tenemos cuando enfrentamos un temor. "Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón y aunque contra mí se levante guerra yo estaré confiado." La palabra "ejército" nos muestra una imagen de fuerza, fortaleza, muchedumbre, armas fuertes, furia; mientras que las expresion "contra mí" da una imagen de soledad y debilidad.

Así que el cuadro completo muestra que aunque nos sintamos solos, débiles e incapaces. Aunque creamos que todos están contra nosotros con el poder para dañarnos y vienen como un ejército en estampida con toda la fuerza de su armamento, mientras ni siquiera tenemos los medios para defendernos. A nosotros solo nos toca confiar. ¿En quien confiaremos sino solo en el que nunca falla?

"Tierra no temas, alégrate y gózate prque Jehová hará grandes cosas."Joel 2:21
No sé que Dios hará, pero sé que tiene el control.

Mañana la parte IV: Del temor, al amor y la fe
por hesione

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Parte II: ¿Cómo vencer el temor?

"Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio." 2Tim. 1:7

1. Para superar el temor, primero debes identificar tu temor.
2. Reconocer que ese sentimiento te debilita y te paraliza.
   
3. Buscar a Dios en el momento de temor. "Busqué a Jehová y el me oyó y me libró de todos mis temores." Sal. 34:4
4. Buscar ayuda de profesionales y amigos.
   
5. Enfrentar el temor.
   

Decimos enfrentar y no desaparecer o anular porque la meta no es que no exista el temor, sino someterlo. Es decir, no puedes evitar que el temor llegue a tu vida, pero puedes decidir que curso tomarás aunque el temor esté presente. El salmista no expresó que no tenía temor sino que actuaba ante él. "En el día que temo, yo en ti confio." Sal. 56:3

por hesione
mañana compartiré contigo: Parte III: Un ejército y yo

Parte I: Sometiendo nuestro miedo

"Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio." 2da. Tim. 1:7

Dios nos equipa de todo lo necesario. Nos da poder para combatir las asechanzas del que nos quiere hacer daño, nos llena de amor para ayudar a nuestro prójimo y nos enseña dominio propio para vencer nuestros impulsos. El poder, el amor y el dominio propio son las tres herramientas que necesitas para enfretar el problema del temor.

El ser humano puede tener temor a otras personas y a lo que piensen o digan de ellos, a lo que les depara el futuro, al presente con todas sus dificultades, a tener alegría y perderla, a no tener salud, a perder la estabilidad económica que conlleva tener un trabajo seguro, a la muerte, a salir perjudicados en alguna situación, a quedarse solos, a afirmarse en una relación y luego perderla, etc.

¿Podemos vencer el temor?

Jesucristo nos dice: "En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo."Juan 16:33
"Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó." Rom. 8:37
Así que Cristo venció y nos hace a nosotros vencedores. Si el miedo nos afecta podemos vencerlo porque todo lo podemos por medio de Dios.

Mañana verás la parte II: ¿Cómo vencer el temor?
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Esconderse o Trabajar: TÚ DECIDES

"Cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con el manto, salió y se puso a la puerta de la cueva. Entonces le llegó una voz que le decía: ¿Qué haces aquí, Elías? 1ra. Reyes 19:13

Si se acerca a la historia de Elías en 1ra. Reyes 19 verá que Elías había salido de grandes victorias en su vida de profeta. Había exterminado cientos de profetas de Baal. Después de una gran victoria es de esperar que aumente la fe y el ánimo esté exaltado. Sin embargo, Elías responde de una manera diferente. Ante la amenaza de Jezabel el siente temor y huye.

He aquí la respuesta de Elías y las experiencias que vive desde que huye de Jezabel.

1) Huye y se echa a dormir debajo de un enebro.
2) Deseó su muerte y dijo: "Basta ya, Jehová, quítame la vida."
3) Volvió a echarse a dormir debajo del enebro.
4) Un ángel le tocó y le dijo: "Levántate y come."
5) Comió la comida que le dió el ángel y volvió a dormirse.
6) Regresó el ángel de Jehová, lo tocó y le dijo: "Levántate y come, porque largo camino te resta."
7) Fortalecido con aquella comida anduvo cuarenta días.
8) Se metió en una cueva.
9) Jehová le dijo: ¿Qué haces aquí Elías?
10) Volvió Jehová a preguntarle: ¿Qué haces aquí Elías?

Usted notará que el único problema de Elías no es el temor. Elías solo quería dormir, rendirse y esconderse. Incluso deseó su muerte. Con tantas experiencias sobrenaturales que tuvo en las que el ángel de Jehová le habló en varias ocasiones e incluso Dios mismo le tocó era para salir saltando de alegría. ¿Cuántos no desean experiencias como esas? Incluso, el hecho de que milagrosamente aquella comida le fortaleciera por 40 días no le hizo ni ji al ánimo de Elías.

Pareciera que Elías estuviera deprimido. El agente que desencadenó ese sufrimiento interior en el hombre de Dios fue el temor. Pero cuando el profeta vió a Dios en ese silbido apacible y a Dios mismo invitándole a salir encontró el valor para salir de la cueva e ir a trabajar.

Te invito a que encuentres fuerzas en el hecho de que Dios a puesto capacidades en tí porque confia en que tú puedes manejarlas. Sal de la cueva y comienza a hacer producir esos talentos y dones que tienes para beneficio de otros, de la sociedad, de tu familia y de tí mismo.

ESCONDERSE NO ES LA SOLUCIÓN. por Hesione