Ese, amigos lectores es el poder del dedo, pues estos “analistas” al contestar sus llamadas tienen ante si unos botones de un cuadro telefónico los cuales aprietan para contestar y para terminar la llamada que está en el aire en ese momento. Es una práctica común de algunos estos señores la de colgar y aparentar que la llamada se cortó o que la persona terminó de hablar cuando en realidad lo que sucedió es que el punto de vista o comentario presentado por el oyente es contrario al del programador o este no tiene forma de refutarlo (y muchas otras razones más). De haber sido el intercambio en vivo, en un lugar público donde no hay forma de cortar la comunicación, entonces habría un intercambio de ideas. Pero ese es el poder del dedo. Con un dedo se manipula la opinión pública en estos programas de radio. Cuando una persona que tiene un punto de vista afín al del programad@r a este se le permite hablar hasta por los codos y para aquellos que difieren, el dedo, el botón de colgar, la imposición del punto de vista del programador de turno.
Pero no todo está perdido hay emisoras que tienen una política la cual permite a los que llaman hablar con un cierto límite de tiempo como WAPA Radio en el 680 AM. También ciertos comentaristas como el Sr. Marcos Rigau en el 810 AM llevan su programa de manera que el que llama participa activamente a modo de conversación con el programador sin límite de tiempo (excepto el impuesto por los compromisos comerciales). De hecho en una reciente llamada que hice al programa del Sr. Rigau participe de una intercambio de opiniones con este. Debo señalar que aunque mi punto de vista era diametralmente opuesto al del Sr. Rigau este no me cortó hasta que terminamos de “conversar” luego se fue a una pausa comercial.
Entiendo que si se ha de participar en un programa de “opiniones” se debe permitir a los oyentes expresar las suyas. El dedo debe ocupar un lugar solo cuando algún participante se expresa de manera tal que resulta ofensivo el contenido del mensaje, por ejemplo cuando llaman a Ojeda o a Passalaqua y le dicen con una voz en falsetto “viejo pato”. El dedo se debe usar para señalar lo que está mal. El dedo, la herramienta de poder de aquellos que tienen el control de un programa, debe ser usado prudentemente pues así como ellos hacen mal uso del suyo yo haré uso del mío para cambiar de estación.
Michael D. Castro Collazo (Prometeo)