
Un día iba a salir a trabajar y ahí estaba frente al portón. Tan pronto lo abrí entró y se puso a jugar. "Es un perrito viejo parece que alguien lo dejó por ahí"- le dije a mi esposa. Ese día se añadió otro miembro a mi familia, lo llamamos Spike. No jugaba mucho pero era bien cariñoso. A veces quería correr pero la edad no lo dejaba. Hoy cuando salí a la tarde allí estaba, acostado. Ya me imaginaba yo que no estaba durmiendo pero me acerqué y lo confirmé, se nos fué Spike... Mientras estuvo con nosotros fue feliz y lo hicimos feliz. Recuerdo cuando jugaba con un hueso bien grande que le compré, ese era su juguete favorito. Un día mi hijo mayor le tomó esa foto con su celular. Cuando lo llamó, miró, y ahí estaba nuestra foto para el álbum.
Adios amigo, espero que allá en el cielo de los perritos Dios te tenga un hueso mejor que el yo te regalé para que juegues mucho por la eternidad...
Nuestra familia tendrá muchos buenos recuerdos de ti...