Este es el tercero de una serie de artículos
Si usted decide algún día meterse a político en Puerto Rico aprenderá que para ganar una elección tiene que:
1. Convencer a la clase trabajadora (media) que les reducirá los impuestos.
2. Convencer a los ricos que no les pondrá impuestos mayores que los que paga la clase "media" trabajadora.
3. Ofrecerle más beneficios a los cuponeros que su contrincante.
En una campaña política el punto tres es el que más peso tiene. NO ha habido una campaña política donde el candidato a Gobernador se le olvide decir que "aumentará los beneficios del PAN" y "mejorará las condiciones de los que vien bajo el "plan 8" (programa de vivienda subsidiado que le paga casa y le da cupones a gente que no cabe en los residenciales públicos).
Actualmente las estádística indican que hay unas 68,000 unidades de vivienda en residenciales públicos en Puerto Rico, los caseríos. Además a eso añadale que las personas que no pueden vivir en residenciales por no caber les pagan una casa por el programa federal del "Plan 8". Así que como verá en este país no se sufre por carecer de techo, salvo en algunos casos de personas
que trabajan y no pueden conseguir vivienda algo sumamente irónico.
Los político en este país saben que una elección no necesariamente la decidirá una mayoría. El arte del político es ese, convencer a todas los grupos que votarán de que atenderá sus reclamos. Si usted es rico y le da un donativo cuente y esté seguro que el favor le será devuelto en proporcióna a la cantidad que aportó. Si usted es de clase media el político le dirá que luchará por bajar las contribuciones.
Pero a quienes el político necesita convencer es a los pobres y a los cuponeros. Al pobre le dirá que mejorará su condición de vida. El politico se meterá en la barriadas y abrazará viejitas y cargará muchachos aunque después se olvide de ellos cuando gane, lo importante es convencerlos para que voten por él o ella.
¿Que tiene que ofrecerle un político a los cuponeros? Ahí es donde la política en este país se convierte en una subasta para comprar votos. A los cuponeros solo les interesan dos cosas: que les aumenten los cupones y que les otorguen más beneficios. En artículos anteriores he mencionado como a los cuponeros se les subsidia casi todo. Viven literalmente "a cuerpo de rey". No tienen que trabajar, pues ya ni siquiera fila tienen que hacer para recibir sus ayudas pues con la tarjeta solo tienen que esperar el día de "pago" e ir al supermercado llenar los carritos de compra. Yo los he visto salir con dos carritos llenos. Por la salud no tienen que preocuparse porque la "tarjetita de Roselló" (plan de salud exclusivo para cuponeros) les cubre todos los gastos médicos y no tienen que pagar deducibles. Yo he visto cuponeros recibir medicamentos sin tener que pagar nada mientras yo tengo que pagar unos deducibles altos. El político que les ofrezca más ganará las elecciones. Si el político es el incumbente entonces solo tiene que recordarle a los cuponeros quele dieron el voto en el cuatrienio pasado los beneficios que les otorgó y que si lo reeligen les dará
más y más y más. La vieja política de "pan y circo para mantener al pueblo contento" es ley en la política boricua.
Los cuponeros en este país son la clase más poderosa porque a la hora de decidir una elección esa gran masa votará con las barrigas. Los políticos saben eso y cada cuatro años se convertirán en los "Santa Clóses" de la clase más poderosa del país, la que solo piensa en tener más sin trabajar mucho, la que se contenta con tener beneficios sin compromiso, la que sale a votar por el que más le dé. Es fácil mantener contenta a esta clase con promesas de más beneficios pues quien paga es el pueblo que trabaja. Este el el país donde los que menos hacen son los que mejor viven. A veces dan ganas de dejar de trabajar para vivir mejor.
*Se me olvidó señalar algo en los artículos anteriores, los cuponeros no pagan impuestos. Todos los beneficios están exentos de contribuciones.