Juan Domingo Perón fue una persona querida por muchos en Argentina. Sus obras de justicias social le ganaron el cariño de las masas. Fue un reformador que le mejoró la vida a la mayoría de la gente en un país que estaba, hasta que él llegó, sometido a los designnios de una oligarquía abusadora. La gente vió en el una oportunidad de cambio y mejoras y eso les dió. Lo eligieron democráticamente.
El carismático líder estaba recibiendo severas críticas a su programa de salud por parte del periódico y en ese entonces La Prensa era un diario muy influyente. Pero la gente quería mucho a Juan Domingo Perón. Tenía el apoyo de las masas e hizo muchas obras de justicia social. Nadie le quita lo bailado a Perón pero arrestó a un disidente por pensar diferente a él y por criticarlo. Esto fue un evento que sirvió de lección a la posteridad.
Alberto Gainza Paz era el editor de un diario que tenia una mentalidad derechista. Criticó fuertemente al gobierno de Perón. Alberto Gainza era un hombre peligroso para Perón quien no se había ocupado de él hasta que la gente comenzó a prestarle atención. Su retórica era venenosa pues no era compatible con las dulces reformas de Perón. Gainza Paz tenía una mente prejuiciada pero era su forma de pensar.
Hoy pasa algo similar en Venezuela donde un carismático líder electo por el pueblo entiende que pensar diferente a él es un delito. La historia tiende a repetirse. Cuando un pueblo se enamora de un líder se cegará y verá todo lo que haga como bueno. Es cierto que muchas estaciones de radio en Venezuela están malamente sesgadas en su programación. Es cierto que pertenecen a una oligarquía abusadora pero las ideas se deben combatir con ideas. En el momento en que se recurre a la fuerza se admite la falta de capacidad para convencer.
Aprendamos de la historia.