Cuando mi familia y yo nos mudamos de Caguas recuerdo que la casa estaba bien bonita y cuidada. Nosotros le añadimos un par de cosas pero como que faltaba algo...
Un día apareció por nuestra casa una perrita sata (sin pedigrí ni raza) bien bonita. Cuando la vimos nos emocionamos. Pero queríamo saber si era de alguien. No tenía collar ni ninguna otra identificación. La adoptamos.
Gabri vivió por varios años en la casa y siempre fue la querendona de todos. Era jugetona, siempre alegre. Cuando yo llegaba a casa era la primera en recibirme. La foto que ven arriba la tomé cuando aún Gabri era una cachorra. Ya ven lo alegre que era.
Gabri tenía una mala costumbre, le gustaba escaparse. A veces tenía que correr en la carretera para alcanzarla. Por más que trataba ella siempre buscaba un agujero por la verja o la más mínima oportunidad para escaparse. Un día hizo un hoyo debajo de la verja para escaparse a la carretera a correr. En una de esas escapadas llegó preñada. Tuvo uno perritos bien bonitos los cuales regalamos a amigos de la familia. Parió dos veces más después de eso.
Recuerdo el día que estaba en casa y escuché sus gritos de dolor. Un carro le pasó por encima y le partió una de sus patas delanteras. Estaba viva pero perdía mucha sangre. La llevé de emergencia al veterinario y tuvieron que operarla y milagrosamente le salvaron la pata. Después de eso ya no le gustaba salir a la calle.
Fueron muchos los momentos felices que pasé con Gabri. Cuando me tiraba al piso ella me lamía la cara y si yo corría ella corría detrás de mi. Era un miembro más de la familia.
Hace varias semanas atrás me levanté y vi al frente de casa. Gabri estaba acostada entre las plantas. Eso era raro. Cuando me acerqué la toqué. Estaba fría. Mi perrita había muerto. Los días antes la había visto un poco aletargada y lenta, no corría ni saltaba. Creo que murió de alguna enfermedad. Se me saltaron las lágrimas y a mi esposa e hijos también. La enterramos y nos despedimos de ella.
Fue muy gato tener a Gabri en nuestra familia. Gabri era la perrita más alegre que yo haya conocido.
Gabri vivió por varios años en la casa y siempre fue la querendona de todos. Era jugetona, siempre alegre. Cuando yo llegaba a casa era la primera en recibirme. La foto que ven arriba la tomé cuando aún Gabri era una cachorra. Ya ven lo alegre que era.
Gabri tenía una mala costumbre, le gustaba escaparse. A veces tenía que correr en la carretera para alcanzarla. Por más que trataba ella siempre buscaba un agujero por la verja o la más mínima oportunidad para escaparse. Un día hizo un hoyo debajo de la verja para escaparse a la carretera a correr. En una de esas escapadas llegó preñada. Tuvo uno perritos bien bonitos los cuales regalamos a amigos de la familia. Parió dos veces más después de eso.
Recuerdo el día que estaba en casa y escuché sus gritos de dolor. Un carro le pasó por encima y le partió una de sus patas delanteras. Estaba viva pero perdía mucha sangre. La llevé de emergencia al veterinario y tuvieron que operarla y milagrosamente le salvaron la pata. Después de eso ya no le gustaba salir a la calle.
Fueron muchos los momentos felices que pasé con Gabri. Cuando me tiraba al piso ella me lamía la cara y si yo corría ella corría detrás de mi. Era un miembro más de la familia.
Hace varias semanas atrás me levanté y vi al frente de casa. Gabri estaba acostada entre las plantas. Eso era raro. Cuando me acerqué la toqué. Estaba fría. Mi perrita había muerto. Los días antes la había visto un poco aletargada y lenta, no corría ni saltaba. Creo que murió de alguna enfermedad. Se me saltaron las lágrimas y a mi esposa e hijos también. La enterramos y nos despedimos de ella.
Fue muy gato tener a Gabri en nuestra familia. Gabri era la perrita más alegre que yo haya conocido.