El día que patiné

Hay varias cosas que no he hecho en esta vida. Una de ellas es lanzarme en paracaídas pero esa no creo que la intente. Recuerdo cuando era niño que hubo una fiebre con las patinetas. Recuerdo que teníamos competencias y todo. Salíamos en nuestras patinetas en grupos. Siempre alguien tenía más destreza que otros y ese se convertía en nuestra leyenda local. Luego llegaron los patines "inline".

Los patines inline eran otra cosa. Era la primera vez que unos patines tenían las ruedas como patines de hielo, alineadas. Cuatro rueditas que le otorgaban al que los usaban una velocidad mayor que la que se podía conseguir con patinetas. Bueno a mi no me compraron patines. Mi mamá los consideraba peligrosos. Me quedé con las ganas.

Un día cuando estaba en mi primer trabajo, una gasolinera en Cayey, uno de los compañeros llegó en patines. Él y yo teníamos una amistad de años pues prácticamente nos criamos juntos y fuimos a las mismas escuelas. Así que ese día le pedí que me dejara tratar los patines. Pues me puse los patines y traté de moverme. Un paso, otro y de repente los patines iban más rápido que yo. Caí de nalgas en el cemento. Todos se rieron y ese fue el chiste del día.

Ahora le doy fast forward al tiempo... Estoy con mis hijos y ellos querían correr en patines. Hasta mi esposa quería correr en patines. Me opuse fuertemente pero al fianl me convencieron. Terminamos comprando patines y yo por supuesto me compré un par, quería una segunda oportunidad.

El día que estrenamos los patines recordé aquella caída y tenía en cuenta que no podía dejar los patines ir más rápido que yo. Mis hijos corrieron de lo más bien. Mi esposa corrió bien. Entonces traté y ahí estaba yo moviéndome. Tengo que admitir que mis hijos me enseñaron par de cosas para mantenerme en pie. Cada minuto me sentía más confiado. Me estaba moviendo. Ya sabía frenar y NO ME HABÍA CAÍDO. Entonces mis hijos iban rápido y traté de alcanzarlos. Ahí de momento el patín derecho quizo irse a la derecha y el izquierdo a la izquierda. No sé porqué querían separarse pero en ese momento se me olvidó frenar. Terminé cayendo y casi haciendo el "split de Jean-Claude Van Damme pero no tenía la flexibilidad así que mi tobillo izquierdo no aguantó y terminó en una posición inusual, y dolorosa.

Tuve que visitar un ortopeda quien me dijo que fue solo una torsión y que los huesos no se habían roto. Aún así tuve que usar un bastón por casi dos meses.

¿Habrá un tercer intento? Solo espero que a mis futuros nietos no les dé con patinar...