El sistema público de enseñanza puertorriqueño ha sufrido los embates de dos desastres. Desde el año pasado ha sido azotado por un desastre natural y otro administrativo. Uno ya pasó el otro está pasando.
Keleher
Desde que llegó a dirigir el sistema la Sra Julia Keleher lo que ha hecho es improvisar experimentando con cambios sin avisar. Desde el inicio esta señora se dedicó a cerrar escuelas y mover maestros de un lado a otro como peones en un tablero de ajedrez. Ya una maestra estaba asignada a una escuela y de momento le llegaba una carta diciendo que tenía que moverse a otra. Esta probadi que cambiar constantemente maestros afecta el aprovechamiento académico de los estudiantes.
Muchos fueron los casos de grupos que tuvieron que despedirse de sus maestras entre lágrimas y frustración. Entonces pasaba que la maestra no era reemplazada. Unían el grupo con otro creando hacinamiento. Los unían olvidando las necesidades de los estudiantes de educación especial. Ahi se formaba otro caos pues mezclar grupos luego de comenzado el proceso académico causa inestabilidad. Los grupos fusionados se encontraban ahora con una maestra desconocida.
Las maestras conocen a sus grupos y los estudiantes a sus maestras. Ambos se acoplan y eso es parte del proceso de enseñanza-aprendizaje. Un grupo bien acoplado tiene mejores oportunidades de mejorar su aprovechamiento académico. Pero esa dinámica se rompió con el huracán Keleher.
María
El Huracán María ha sido el peor desastre que ha azotado a Puerto Rico. Muchos estudiantes quedaron sin hogar, muchos sin los servicios básicos de luz y agua. La infraestructura del sistema educativo se vio seriamente afectada y las clases se suspendieron por casi tres meses.
La inestabilidad que causa un desastre natural es innegable. Muchos estudiantes quedarán marcados por el resto de sus vidas. Todos los estudiantes se verán afectados académicamente por este golpe de la naturaleza.
Pero nos estamos recuperando. Aunque algunas familias se fueron los que se quedaron estaran en planteles que fueron afectados. Algunos todavía no tienen luz o agua en sus escuelas. Estudiar en un ambiente así afecta la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Keleher...otra vez
Los desastres atmosféricos solo golpean una vez pero el huracán Keleher es único por ser uno estacionario.
El sistema educativo se estaba recuperando con dificultad. Pero Keleher quería usar como excusa el huracán para cerrar más escuelas. Decía que el Cuerpo de Ingenieros tenía que autorizar las nuevas aperturas y fue desmentida así que retomó su primer plan caótico.
Llega el nuevo año y entonces regresa el Huracán Keleher con el anuncio de que van a mover maestros de un lugar a otro otra vez. Pero también dice que va s colocarlos en otras áreas de trabajo.
Estamos en el mes de febrero y a esta señora se le ocurre eso ahora. ¿Que creen que pasará con los estudiantes que ya surtieron los primeros azotes de los cambios y el huracán al ver nuevamente que se les cambiarán sus maestras?
Un estudiante no es un máquina. Los maestros no son operadores de máquinas. En una fábrica se puede cambiar de operador de acuerdo a la necesidad y conveniencia. Los estudiantes son seres humanos. Los seres humanos crean relaciones y en el ambiente educativo una buena relación toma tiempo y una vez se establece, maestra y estudiantes trabajan en conjunto. Pero tener estos cambios súbitos y repetidos solo causará inestabilidad y afectará malamente el proceso de enseñanza-aprendizaje y el aprovechamiento académico.
Nuestro sistema educativo ha sido azotado por dos desastres. Uno de ellos se fue, al otro le quedan tres años más. Será un milagro si los estudiantes sobreviven.
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