Prometeo dice: Luego de mucho tiempo al fin se me dió y convencí a mi esposa para que escribiera en el blog. Las opiniones de Hesione son sus opiniones y les adelanto que es una persona que piensa muy diferente a mí. Aún así el vínculo que nos une, el amor, nos mantiene juntos a pesar de que pensamos diferente. Una nueva autora se une a PODER 5.
A continuación la esposa de Prometeo, Hesione, en su primera entrada e incursión a la blogósfera.
Shhh... Permiso, yo me puedo presentar. Dicen por ahí que después de una experiencia traumática, ocurren cambios drásticos en las personas, tras analizar el rumbo llevado. Creo que después de esta experiencia de cumpleaños que tuvo Prome me di cuenta que el blog nos puede unir en vez de separarnos. Siempre han dicho que si no vences, únete.
Prome me sugirió el primer tema a tratar, la crianza de los niños, y me pareció interesante porque en eso sí que tengo práctica. Para una madre, qué mejor que hablar de sus hijos y más siendo los míos los mejores. Dos de ellos ya no son niños, ya están en la temida adolescencia. Sin embargo, he aprendido que si haces buen trabajo cuando son niños la adolescencia no produce tanto dolor de cabeza.
Es que la Biblia es clara:
"La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre" Prov.29:15 Eso es lo que he puesto en práctica en mi tarea de madre y es lo que me ha producido resultados. Me perdonan el enfoque religioso, pero también soy pragmática; si me funciona hay que ponerlo en práctica. Por eso pongo en prática ese consejo del sabio Salomón porque he visto como mucho muchach@ consentid@ son verguenza de sus padres. Éstos debiendo ser figura de autoridad se enfrentan a los problemas llorando, quejándose, confensando que no pueden y siendo permisivos. Soy maestra y veo como los padres defienden las conductas corrosivas de sus hijos justificándolos y llorando.
¿Cuál es el miedo de corregir? Un padre nunca debe tener miedo de pararse de frente y corregir una conducta negativa. Un padre que habla con autoridad no se debe sentir culpable porque de lo único que es culpable es de salvar a su hijo de un mal camino. Un padre nunca debe cansarse de velar como actúa su hijo y toma decisiones. Yo no me canso de velar como mis hijos le contestan a los adultos, a sus hermanos y a sus amiguitos. No me puedo cansar de velar como se sientan, el porte que tienen al caminar y al sentarse, aún cómo comen a la mesa. Pero pareciera que esas cosas que antes eran importantes ya no lo son para la mayoría. Y yo como maestra tengo que corregir mis estudiantes porque sus padres no les enseñaron como se sienta una jovencita o como un joven puede ser cortés. Es triste que ahora la tendencia es a que ser padres es dar buenos regalos en navidad y llevar los muchachos al cine.
La disciplina se asienta en primero forjar una buena relación con los hijos y por esto me refiero no ha vestir como ellos visten y hablar como ellos hablan. Sino a hablar con ellos de sus preocupaciones, estar dispuestos a compartir sus intereses, compartir un juego de mesa, una cena o un desayuno a la mesa. Entonces luego puedo tener autoridad para reprender las conductas negativas. Pero un padre que no mira su hijo para amarlo no tiene autoridad para educarlo.
Todo se trata de lo que pensaba Aristóteles, de hallar el justo medio. "Entre dos extremos viciosos la virtud es el justo medio." Entre el extremo de ser permisivo y su opuesto que es ser restrictivo está la virtud de ser un padre responsable que mire, huela, oiga y atienda a sus hijos. Si tenemos todos nuestros sentidos sobre nuestros hijos y no sobre los afanes e intereses del mundo moderno estamos en una mejor dispocisión de encontrar ese equilibrio y moderación que nos permitirá ser padres felices en armonía con nuestros hijos.