La voluntad del ser humano es algo único. El ser humano nace libre para escoger y así mismo lo quizo Dios. Allá en el Huerto del Edén lo colocó para que viviera feliz, tranquilo y sin tener que hacer mucho esfuerzo. Aún así el hombre, a quién se le dió la libertad de escoger, decidió comer de aquél arbol y la raza humana lleva hoy las consecuencias de que una muchacha le hiciera caso a una culebra que hablaba...
Jesús en un momento nos dijo que no se podía servir a 2 señores, o se sirve a Dios o a las riquezas. La gente que predica la teología de la prosperidad prefiere servir a las riquezas y no a Dios. Servir a las riquezas conlleva el amasar fortuna y amasar fortuna solo se logra haciéndolo a costa de los demás. Hace un tiempo he venido pensando que Dios nunca estaría de acuerdo con el capitalismo. El explotar a un semejante para beneficio propio no es lo que se llamaría ser justo. Buscar hacerse rico a costa de manipular leyes y políticos por medio del dinero no es la idea de justicia que se predica en la Biblia.
Fue Jesús quien le recordó a sus discípulos que "a las viudas y a los pobres" los tendrían siempre con ellos. Eso fue para que no se olvidaran de
hacer labor social. Si alguien se dedica a hacer más y más dinero se olvidará de las necesidades de otros. Cuando se sirve a Dios se nos recuerda que la síntesis de la Ley es:
"Ama Dios y Ama a tu prójimo como a tí mismo". Cuando tenemos en cuenta eso nos recordamos que si una de esas tres partes falta estamos en pecado. Eso es lo que se le olvida a los que aman el dinero y solo piensan que hay que recibir, recibir y recibir. Se les olvida esa parte del prójimo, a quien Dios no quiere que olvidemos, se nos mandó a amarlo. El amor no se muestra solo diciéndolo sino haciendo.
La tendencia humana es a hacer lo que nos gusta. Hacer dinero es algo bueno pero compartir es algo mejor. Solo que compartir para algunos significa "perder". No se pierde cuando se comparte, al contrario, se crece y se está haciendo la obra de Dios. Estas "megaiglesias" de la prosperidad se han encargado de entretener a los cristianos para que solo piensen en darles ofrendas a ellos. "Semillas de fe" le llaman. Así por ejemplo ve usted a un Otoniel Font pidiéndo $5,000 para "mantener la obra". ¿Cuanta gente se podrá alimentar con $5,000; cuantas personas se puede vestir; cuantos hogares reparar? Pero no, los glotones de la prosperidad no piensan en eso. Para ellos es mejor que les den su dinero para "testificar" cuan grande es Dios. Entre más dinero se tenga más "bendecido" se está.
Seguir a Dios el algo voluntario y
es algo que cuesta. Cuesta sacrificio pero no en términos económicos sino morales. Sacrificar nuestra voluntad para no hacer lo que nos agrada sino lo correcto es algo difícil pero que tiene sus recompensas. Amasar dinero es fácil y conveniente además de gratificante, pero ayudar a un ancianito con su compra o reparar el techo de una casa destartalada o alimentar una familia con hambre, eso no es solo gratificante sino que es una forma de acumular riqueza pero en donde de verdad tiene valor,
en el cielo.
El evangelio de la prosperidad no solo es antibíblico sino egoísta e inmoral. Aquí los dejo con algunas cosas que dijo Cristo para gente como Otoniel Font y otros glotones aváros sobre su forma de vida:
Tesoros mal adquiridos no aprovechan, mas la justicia libra de la muerte. (Proverbios 10:2)
Cuando Jesús oyó esto, le dijo: Te falta todavía una cosa; vende todo lo que tienes y reparte entre los pobres, y tendrás tesoro en los cielos; y ven, sígueme. Lucas 18:22
No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; Mateo 6:19