26 de octubre de 2015. San Juan, PR. Este sábado circuló la noticia de que el presidente de los Estados Unidos reconoce las limitaciones de las pruebas estandarizadas e instó a que se ofrezcan pruebas menos onerosas y más útiles y a que haya una reducción en el tiempo que se utiliza para las mismas. Se pidió al congreso reducir el exceso de pruebas. Incluso, el Secretario de Educación federal, Arnee Duncan reconoció que los maestros están “comprensiblemente estresados y preocupados” por el énfasis excesivo en las pruebas. EDUCAMOS celebra el que se haya reconocido en gran medida lo que hemos venido planteando por más de una década sobre este tipo de pruebas en Puerto Rico, aunque las mismas no hayan sido totalmente descartadas aun.
Hemos denunciado el carácter fraudulento de las pruebas cuando las mismas carecen de validez y confiabilidad, que las mismas constituyen un negocio redondo para empresas como la Pearson y otras contratadas año tras año y que se han enriquecido a costa del sufrimiento del magisterio y estudiantado. En Puerto Rico se han gastado billones de dólares en poco más de una década en el negocio de las pruebas estandarizadas y en las empresas relacionadas con el mismo. Año tras año el Departamento de Educación de Puerto Rico invierte cerca de 10 días estrictamente en el llamado proceso de medición. Si a esto añadimos el tiempo invertido en la preparación previa al mismo y la enorme cantidad de recursos pagos con fondos públicos que se mueve en función de las pruebas estandarizadas, estaríamos hablando de que se invierte casi un 20% del tiempo escolar anual en todo lo relacionado con las mismas.
Ahora, el plan de privatización y cierre de escuelas del presidente senatorial Eduardo Bhatia (P. del S. 1456) convierte las pruebas en ley y las ubica como el criterio fundamental para todas las decisiones relacionadas con nuestro sistema educativo. Esto implica que mientras en los mismos EU se encaminan a restarle importancia a estas pruebas, en Puerto Rico se marcha en dirección totalmente opuesta en detrimento de la educación, de la escuela pública y del magisterio.
Nos alegramos de que le ocurra esto a esta administración de gobierno por estarse arrodillando para complacer a los federales. Su servilismo los lleva ahora a quedar en ridículo ¿Qué harán ahora con el P. del S. 1456 el Sr. Bhatia y el Secretario de Educación cuando los mismos federales les han cambiado la señal?
Insistimos en lo que siempre ha sido nuestra posición: l;as pruebas estandarizadas constituyen un fraude, establecen una cultura del fracaso entre nuestro estudiantado y solo han servido para fabricar millonarios fraudulentamente. Es hora ya de poner los pies en tierra y eliminar por completo dichas pruebas.
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