En la mañana de hoy, como todas mis mañanas mientras llevo a mis hijos a la escuela iba escuchándolo. Me confieso fanática suya desde hace muchos años. Aunque amo la música, durante las mañanas detengo el CD y pongo WKaQ 580 solo para escucharlo a usted. Ya en otras ocasiones lo he escuchado decir cosas fuera de lugar como la vez que le dijo a Viviana Ortiz si creía que iba al programa que usted tuvo a hablar de lipstick y los he dejado pasar porque pues, los vi "inofensivos". Aunque me hubiera gustado que ese mismo carácter lo sacara cuando en una ocasión tuvo de frente a Ana Cacho, pero, ya ve...a veces usted me sorprende. Llego al punto: usted hoy ha sacado de mí a la Luisa Capetillo que llevo dentro cuando tildó de embustera entre otros "comentarios" (insultos) a la mujer que demandó al hijo de un alcalde por acoso sexual en el trabajo. No conozco a esa mujer y usted dijo que tampoco la conoce. Cada palabra suya hacia ella fue un balde de agua fría para mí que viví en carne propia el acoso laboral hace muchísimos años. El beneficio de la duda hacia el hijo del alcalde es muy válido, sin embargo descartar que esa mujer fue víctima de lo que alega solamente porque no lo dijo en el momento, es un poco atrevido y evidentemente lleno de desconocimiento de su parte ante un tema que no solo afecta a mujeres, sino que afecta a los hombres.
De mi experiencia le puedo decir que nunca denuncié el acoso, tampoco renuncié porque tristemente necesitaba el empleo. Mi jefe en aquellos años me saludaba sin yo haberle dado la confianza, con abrazos para sentir mis pechos, me hablaba en ocasiones al oído y no paraba de decirme lo bonita que yo era. Yo me sentía asqueada, triste, vulnerable, pero, necesitaba el dinero. A veces me pasaba de cerca intentando rozarme con su pene, pero, yo vivía pendiente de eso para salirme antes de que pasara por detrás de mí. Sabe quién frenó ese hostigamiento? La madre de mi jefe. Que al ver los vídeos se dio cuenta lo que estaba sucediendo y adivine cuál fue la solución? Botarme como bolsa a mí. Seguramente, porque ella tenía el mismo pensar que tienen las personas como usted: ella no detuvo la situación, ella no renunció, etc.
Usted ve como a favor de esta mujer el que ella sea abogada y tenga conocimiento. Pero, tenga en cuenta que ser abogada no la libera de sentirse vulnerable, de tener que poner en una balanza su empleo. No es tan fácil como usted lo pinta, señor. Repito, no digo que ella diga la verdad, porque todo el mundo es inocente hasta que se le demuestre lo contrario. Lo escuché decir que ella debió haber hecho la denuncia el mismo primer mes cuando ocurrió la primera agresión. Pongámoslo en ese ejemplo. Le habrían dicho embustera igual, alguien de pensamientos arcaicos (por no decir machistas) hubiese dicho que, ella aprovechó el puesto para obtener ventajas.
Quisiera escribirle todo lo que sentí cuando lo escuché hablar, tristemente no tenía papel y lápiz y tuve que esperar a llegar a mi casa para tener el tiempo de escribir a casi doce horas de escuchar su descarga en contra de esa mujer. Aprovecho para recordarle que usted tiene una responsabilidad bien grande detrás de ese micrófono y dar su opinión de lo que ocurre no le da el derecho de emitir un juicio tan absurdo de una situación tan delicada como el acoso sexual laboral, como diría el gran prócer Anuel AA "tu hablas como si tu taba ahí". Le invito, como reportero que es, que saque un poco de su tiempo y haga una investigación seria acerca de mujeres y hombres que han sufrido de acoso laboral y prefirieron callar a tener que enfrentarse con un sistema machista en el que si la mujer es la acosada es porque se lo buscó y si el hombre es el acosado es un maricón si se queja.
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