1,2,3 ¡Pesca'o!

¿Alguna vez jugaste 123 pesca'o? Era ese juego cuando una persona tenia que voltearse y contar 123 y gritar "pesca'o". El objetivo del juego era acercarse y tocar a la persona sin que se diera cuenta. Cuando miraba se fijaba si alguien se movía y cuando lo detectaba lo enviaba a la cola y sus posibilidades de coger al que estaba contando eran reducidas. En realidad es más fácil jugar el juego que explicarlo.

¿Alguna vez has sentido como que está jugando 123 pesca'o en el salón de clases? Estás dando una clase y de repente de das cuenta que un estudiante está hablando con otro o jugando o texteando en el celular y no te está atendiendo. El problema del 123 pesca'o en el salón es que el que pierde es el grupo si nos podemos a dedicarle tiempo a un solo estudiante que no está atendiendo. Como regla tengo que si el estudiante está perdiendo el tiempo solo lo dejo solo pero si está tratando de desviar la atención de otros hacia sí lo que hago es que pongo a los que está desviando a participar en la clase con alguna pregunta o pidiéndole que me diga si entendió lo que dije.

A veces el deseo de mantener el orden en el salón sobrepasa la intención de enseñar. Es ahí cuando comenzamos a jugar 123 pesca'o con algunos estudiantes y le dedicamos más tiempo del que merecen. A mi me preocupa un estudiante que no atiende pero cuando tengo un grupo que en su mayoría está atendiendo espero a que termine la clase para hablar sobre lo que observé.

Debemos balancear la clase y el 123 pesca'o nos inclina la balanza al lado que menos aprovecha a los estudiantes.